Las restricciones y cortes de agua derivados de la sequía pueden aumentar el riesgo de la aparición de la Legionella.
Sequía, cortes de agua y Legionella: La Legionella es una bacteria que se reproduce en ambientes acuáticos y puede crecer en sistemas de agua estancada o mal mantenidos. Las restricciones de agua y los cortes pueden contribuir a condiciones que favorecen el crecimiento de la Legionella de las siguientes maneras:
Estancamiento del Agua:
Las restricciones de agua pueden llevar a la disminución del flujo en los sistemas de agua. Si el agua queda estancada en tuberías, tanques o sistemas de refrigeración, se crean condiciones propicias para el desarrollo de la Legionella.
Temperaturas Elevadas del Agua:
Durante la sequía, es posible que las temperaturas del agua aumenten debido a la falta de reposición de agua fresca y al aumento de las temperaturas ambientales. La Legionella prospera en temperaturas entre 20-45 °C, y temperaturas más cálidas pueden promover su crecimiento.
Reducción de la Flushing de Sistemas:
Las restricciones de agua a menudo implican una reducción en el flushing o limpieza de los sistemas de agua. La falta de movimiento del agua y la falta de renovación constante pueden crear condiciones ideales para la Legionella.
Falta de Mantenimiento:
Las restricciones pueden llevar a la falta de mantenimiento adecuado en sistemas de agua, como torres de enfriamiento y sistemas de agua caliente. La acumulación de sedimentos, biofilm y contaminantes sin una limpieza regular puede facilitar la proliferación de la Legionella.
Riesgo de Contaminación:
La reducción del suministro de agua fresca y las restricciones pueden aumentar el riesgo de contaminación del agua existente, lo que puede favorecer el crecimiento de la Legionella.
Para prevenir la proliferación de la Legionella durante períodos de sequía y restricciones de agua, es esencial implementar prácticas de gestión del agua seguras. Esto incluye realizar un mantenimiento adecuado, limpiar y desinfectar los sistemas de agua, y cumplir con las normativas y regulaciones de salud pública. Las instalaciones deben adoptar medidas proactivas para garantizar la calidad del agua y reducir los riesgos asociados con la Legionella.