Una epidemia de chinches está azotando Europa.
España, junto con otros países europeos, se encuentra en estado de alerta debido a la invasión de estos insectos que ha afectado a París en diversos ámbitos, como el transporte público, las salas de cine y los centros hospitalarios.
El “chinche apestoso”.
La especie de chinche que más preocupa actualmente en Bizkaia, es el “Halyomorpha halys”, conocido popularmente como el “chinche apestoso”. Este insecto de origen asiático está causando molestias a numerosos residentes en varias áreas de la provincia, incluyendo Cruces, Bilbao, Mungia y Leioa.
Los residentes llevan cerca de un mes lidiando con la inquietante presencia de estos insectos en sus hogares, incluso en sus ventanas y persianas. Los intentos de ahuyentarlos con mezclas caseras han resultado infructuosos, y lo peor es que emiten un olor desagradable si se sienten amenazados, lo que los hace aún más indeseables.
En esta época del año, los chinches apestosos marrones se preparan para la hibernación y, por lo tanto, es cuando la gente los encuentra en sus balcones. Estos insectos tienen predilección por refugiarse en edificios, especialmente en las persianas. Su característica más molesta es su olor repugnante, que emiten como mecanismo de defensa si se sienten amenazados. A pesar de su nombre, estos chinches no representan ningún peligro para las personas, ya que no pican ni causan daño.
La primera aparición documentada de este tipo de chinche en España data de 2016, cuando se registró una plaga en Girona. Desde entonces, se ha expandido a diferentes regiones del país, incluyendo Andalucía y el País Vasco. En Cataluña, la Generalitat solicitó la colaboración ciudadana en 2021 para combatir esta plaga, argumentando que podía dañar seriamente los cultivos.
Se trata de una plaga agrícola que se ha establecido en 44 estados de los Estados Unidos y ha llegado recientemente a Europa y América del Sur, posiblemente a través de contenedores de frutas infestadas en barcos.
Este fenómeno de chinches se ha convertido en un problema emergente tanto en Francia como en todo el mundo, incluyendo España, según señala la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA). Algunos expertos incluso sugieren que la incidencia de chinches podría estar alcanzando niveles no vistos desde antes de la Segunda Guerra Mundial.
Proliferación de chinches de cama
El aumento en la incidencia de estos insectos hematófagos se debe a una combinación de factores, incluyendo el incremento del turismo, que ha resultado en un mayor flujo de personas y movimiento de equipaje, junto con las altas temperaturas. Además, muchas chinches han desarrollado resistencia a los productos químicos utilizados para su eliminación.
Estos pequeños insectos, difíciles de detectar debido a su forma plana, tienen la capacidad de transportarse en objetos personales como la ropa y las maletas. Dado su tamaño y naturaleza, a menudo pasan inadvertidos, lo que les permite establecerse en nuevos lugares sin obstáculos. Una vez que encuentran un refugio adecuado, se reproducen rápidamente, lo que facilita su propagación y agrava el problema.
Una de las áreas donde estas chinches causan mayor preocupación es en las camas. No solo son una molestia, sino que también representan un riesgo para la salud, ya que se alimentan de sangre y sus picaduras pueden provocar síntomas dermatológicos como irritación, enrojecimiento y picazón intensa. En áreas con alto flujo de turistas, como hoteles y albergues, pueden convertirse en focos de infestación si no se toman las medidas adecuadas.
Las picaduras de chinches de cama también pueden desencadenar alergias, extendiéndose por el cuerpo y causando síntomas más graves como ampollas y urticaria severa. En tales casos, es necesario buscar atención médica y recibir un tratamiento específico.
Estos insectos son atraídos por el calor corporal, el aroma humano y el dióxido de carbono que exhalamos al respirar. Su forma plana les permite ocultarse en grietas y rincones que generalmente no revisamos, incluso en espacios estrechos como el grosor de una hoja de papel. Dado que se alimentan exclusivamente de sangre humana, tienden a buscar refugio cerca de las áreas de descanso de las personas, aprovechando su inmovilidad para alimentarse.
Debido a la dificultad de detectar y erradicar estas plagas, se han desarrollado métodos avanzados de exterminio. El diclorodifeniltricloroetano, conocido como DDT, se usó originalmente durante la Segunda Guerra Mundial para combatir mosquitos y prevenir enfermedades como la malaria y la fiebre tifoidea. Más tarde se descubrió que también era eficaz contra las chinches. Actualmente, las empresas de control de plagas utilizan una combinación de diferentes insecticidas, como piretroides y neonicotinoides, en múltiples etapas de tratamiento para maximizar la eficacia y reducir la resistencia. A pesar de estos esfuerzos, la continua movilidad de personas en todo el mundo dificulta la erradicación completa de estas plagas.
Cuenta con Clyma especialista en control y eliminación efectiva de Plagas
Con más 35 años de experiencia en desinsectación y eliminación de plagas, en Clyma conocemos perfectamente tu problema y podemos ayudarte a solucionarlo de forma efectiva.