La calidad del aire interior, la gran olvidada en muchas empresas y viviendas
La calidad del aire interior es un factor fundamental para el mantenimiento de nuestro bienestar y nuestra salud. Esta afirmación, que parece evidente, es cuestionada día a día por la poca atención que, en la práctica, le prestamos al aire que respiramos.
Afrontémoslo: tanto en exteriores como en interiores –en nuestras casas, en el trabajo, medios de transporte, etc.– pasamos horas respirando aire de mala calidad, viciado y más contaminado de lo que imaginaríamos. ¿Realmente es buena idea ignorar este problema?
Es cierto, claro, que no podemos controlar lo que sucede en el exterior. No podemos evitar que circulen coches por nuestras calles (no a corto plazo, al menos, y desde luego no depende solo de nosotros) o que las industrias contaminantes expulsen desperdicios por sus chimeneas.
Todo esto lo asumimos y lo aceptamos, pero nos refugiamos en viviendas y oficinas dando por sentado que allí estaremos a salvo del aire de mala calidad. Y eso, por desgracia, no siempre es cierto.
¿Qué problemas causa un aire contaminado o de mala calidad?
Durante mucho tiempo hemos ignorado la calidad del aire interior. No obstante, cuanto más sabemos sobre los efectos que tiene en nuestros cuerpos el aire que respiramos, más claro queda que es un error no trabajar para mejorarlo. El aire contaminado acorta nuestras vidas, y genera problemas como:
- Aumento de la mortalidad prematura: más de 7 millones de muertes prematuras al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Son 13 muertes por minuto.
- 600 000 muertes prematuras de niños al año. La OMS calcular que más de 93% de los niños respiran aire con niveles de contaminación superiores a los que se consideran seguros.
- Pérdidas económicas: hasta 5 billones de dólares al año, según el Banco Mundial, se gastan en asistencia social por problemas derivados de una mala calidad del aire.
- Problemas de seguridad alimentaria y desnutrición causados por el efecto de la contaminación del aire en las tierras de cultivo.
Puedes consultar estos y otros datos en Word Enviroment Day.
¿Cómo mejorar la calidad del aire interior en nuestro entorno?
Como te decíamos, y ya habrás comprobado en alguno de los datos del anterior apartado, se trata de un problema de gran envergadura, y no podemos evitar todas las fuentes de aire de mala calidad con las que nos topamos en nuestro día a día.
Pero sí que podemos trabajar activamente para mejorar la calidad del aire interior en nuestro entorno más inmediato. ¿Cómo? Muy sencillo: contando con un equipo de profesionales expertos en calidad del aire que evalúen el que respiramos en nuestro día a día y tomen medidas para limpiarlo.
Ese es, precisamente, uno de los muchos servicios que ofrecemos en Clyma. Disponemos de las técnicas y los medios tecnológicos adecuados para medir, controlar y mejorar significativamente la calidad del aire interior en toda clase de instalaciones.
Realizamos análisis microbiológicos, evaluaciones, videoinspecciones robotizadas, comprobación de estanqueidad de filtros… en definitiva, todo lo necesario para ofrecerte cifras concretas sobre el nivel de salubridad del aire que respiras. Y, a partir de ahí, lo que más te interesa: soluciones efectivas para mejorarlo.
En cualquier caso, independientemente de las medidas que tomes, lo más importante es, sin duda, que tomes conciencia del gran impacto que tiene en tu salud la calidad del aire que respiras.
Si quieres saber más acerca de cómo trabajamos para mejorar y mantener la calidad del aire interior en empresas, oficinas, viviendas, comunidades de vecinos y otras ubicaciones, no esperes más y contacta con Clyma. Llámanos al 94 415 10 22 o rellena nuestro formulario y te atenderemos sin ningún tipo de compromiso.